Reflexión mensual julio 2023

julio 1, 2023

¿Cuál es otra forma de trabajo esclavizado?

Por María Elena Perales

¿Con qué frecuencia paramos a revisar la etiqueta de la camisa o blusa que usamos? ¿Tenemos alguna idea de donde se hizo? ¿Alguna vez nos preguntamos quien la hizo o cuanto le pagaron al trabajador que hizo esta blusa linda o esa camisa favorita que nos gusta usar?

Además, ¿alguna vez nos ponemos a pensar si la ropa que usamos fue hecha aquí en los EE. UU.? Si supiéramos que si fueron hechas aquí en los EE. UU., entonces pudiéramos tener una sensación de satisfacción que el trabajo se mantuvo local o por lo menos fue realizado por trabajadores de los EE. UU. que se beneficiaron de estos trabajos, ¿verdad?

¿Y si lo pensamos de nuevo? Según el Garment Worker Center, hay 30,000 trabajadores de prenda en Los Angeles, CA. Alrededor de 20,000 de ellos trabajan en el Fashion District (Distrito de Moda, un área de Los Angeles donde se encuentran varias factorías de prenda), que existe más de 130 años. Los Ángeles lidera la producción nacional de prendas de vestir en los EE. UU., representando el 82.5% de las ventas de prendas cortadas y cosidas de California y el 83% de la nación. Sí, los trabajadores de la prenda de Los Ángeles generan $1.5 mil millones en ventas de ropa de corte y costura en los EE. UU.

Sí, miles de trabajadores calificados, con una experiencia promedio de 21 años, trabajan en el Distrito de Moda. Son hombres y mujeres que emigraron de México y Centroamérica, viven cerca del Distrito y dependen del transporte público para ir y volver del trabajo. Estos trabajadores inmigrantes de la prenda son continuamente explotados por sus empleadores. Luchan contra el exceso de horas de trabajo, las horas extraordinarias forzadas, la falta de seguridad laboral, los salarios muy bajos, la negación de los derechos sindicales, la mala salud, el agotamiento, el acoso sexual y los lugares de trabajo peligrosos. La mayoría de ellos son indocumentados y es posible que no tengan otros medios para ganar dinero. A veces su trabajo no es compensado y no tienen forma de obligar a sus empleadores a pagarles lo que les deben.

Se puede decir que ellos son trabajadores prácticamente esclavizados que hacen la ropa que nos encanta usar y reciben algunos de los salarios más bajos del país, a veces tan solo $1.58 por hora, lo que es muy por debajo del salario mínimo legal. Estos trabajadores producen ropa para muchas compañías como Lulus, Dillard’s, Bombshell Sportswear, Nieman Marcus, Stitch Fix, Socialite, Nordstrom, Von Maul y Amazon, y muchos están mal pagados según el Departamento de Trabajo de EE. UU.

Al igual que ellos, otros trabajadores de la prenda en los EE. UU. necesitan nuestro apoyo para terminar con el robo de salarios y el trabajo esclavizado sin protección. H.R.8473, la Ley FABRIC presenta nuevas e innovadoras protecciones en el lugar de trabajo e incentivos de fabricación para consolidar a los EE. UU. como el líder mundial en la producción responsable de prendas de vestir. Todos usamos ropa hecha en los EE. UU., pero pocos de nosotros sabemos dónde se fabrican o cómo. Estas preguntas deberían ser importantes para cada uno de nosotros. Se lo debemos a nuestros hermanos y hermanas, los trabajadores de la prenda, quienes son los menos protegidos y los más aprovechados para asegurarnos de que hagamos todo lo posible para que se apruebe este proyecto de ley. Toma acción aquí.

María Elena Perales, directora de St. Joseph Justice Center para Sisters de St. Joseph de Orange, es miembro de la Junta Directiva de AEHT.

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